Un electrocardiograma no basta para predecir problemas cardíacos
El electrocardiograma es sólo una prueba complementaria, pero no definitiva para diagnosticar la salud futura del corazón. La importancia de los controles periodicos.
(www.neomundo.com.ar / N.B.) Ante un dolor de pecho o cualquier otro síntoma que lleve a la consulta, lo primero que hará el médico será adherir unos cuantos electrodos alrededor del pecho, en la muñeca, y poner en marcha el aparato del que sale la clásica tira de papel. Y está perfecto que lo haga, ya que el electrocardiograma (ECG), es una herramienta diagnóstica vital a la hora de detectar un infarto en curso, una insuficiencia o una arritmia. Despeja dudas, pero no deja de ser una "foto" del corazón en el momento del estudio: nada nos dice (ante un resultado normal, obviamente) acerca del riesgo coronario de la persona cuyo "dolor de infartado" no era, al menos por esta vez, más que una fuerte contractura muscular.
Esta es la conclusión a la que arribó el Dr. Adam Timmis, profesor de cardiología clínica del Hospital del tórax de Londres, quien dirigió un estudio cuyos resultados acaban de ser publicados en el British Medical Journal (Diario Británico de Medicina).
"Para los pacientes de dolor en el pecho estable, angina sospechada, el EKG en reposo no ofreció un valor pronóstico incremental como medio para evaluar el riesgo de más eventos coronarios de los pacientes", señaló Timmis.
"Estábamos interesados en la utilidad del ECG como pronosticador independiente, su utilidad para complementar una historia clínica, hacer un examen físico y otras pruebas más comunes de un chequeo", explicó.
SIRVE PERO NO ALCANZA
Timmis y sus colegas hicieron el seguimiento a 8.176 pacientes que no tenían antecedentes de enfermedad cardiaca que fueron remitidos a clínicas para el dolor en el pecho por sospecha de angina de pecho. En el "punto de partida" de la experiencia, todos se sometieron a ECG en reposo, y el sesenta por ciento también mientras hacía ejercicio. Además, todos se sometieron a la evaluación clínica habitual para registrar información como la edad, el sexo, la duración de los síntomas, la situación de tabaquismo, los antecedentes de hipertensión arterial y los medicamentos que estaban tomando.
Los pacientes que se sometieron a ECG durante el ejercicio se dividieron en dos grupos. Se recolectaron resultados "resumidos" para 4.848 y resultados "detallados" para 1.422. Luego de esto, se les dio seguimiento durante varios años.
Los investigadores hallaron que el 47 por ciento de los eventos coronarios que se sucedieron en el tiempo tuvieron lugar en personas cuyos ECG no indicaban problemas cardiacos.
"Demostramos que los ECG de ejercicio (ergometrías o "electros" de fuerza) no le agregaban valor a la evaluación clínica", señaló Timmis. El ECG sí tiene su función en el diagnóstico para ayudar a determinar si el dolor en el pecho es causado por un problema cardiaco, resumió el cardiólogo británico.
"Estamos buscando mejores pruebas para clasificar a los pacientes en cuanto al riesgo". Algunos métodos más nuevos se muestran promisorios, "pero estas pruebas necesitan ser evaluadas, no por su valor independiente sino por su valor clínico para estos pacientes", agregó Timmis.
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